La reunión intergubernamental más importante sobre las crisis alimentaria y climática de 2009 ya ha ocurrido.
Briefings
Communiqué 102
A principios de octubre del 2009, el Grupo de Córdoba –un pequeño grupo de expertos independientes sobre alimentación y agricultura (incluyendo a dos Relatores Especiales de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, el primero y el actual) que se ha venido reuniendo durante los dos últimos años– publicó un breve análisis sobre el estado de la gobernanza global en alimentación y agricultura, y sobre la necesidad de colocar el Derecho a la Alimentación y los intereses de los campesinos y productores de pequeña escala en el centro de los debates sobre alimentación y cambio climático. El informe del Grupo se distribuyó ampliamente en la sesión del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de Naciones Unidas que se reunió a mediados de octubre, y está influyendo tanto en las deliberaciones en torno a la Cumbre Mundial sobre la Alimentación que se realizará en noviembre 2009, como en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático en diciembre. A continuación, el informe, titulado “Una llamada del Grupo de Córdoba.”
El Grupo de Córdoba está formado por expertos con amplia experiencia en agricultura,
hambre, agro-biodiversidad y derechos humanos, convocados a título personal por
la Cátedra de Estudios sobre Hambre y Pobreza, que es una iniciativa conjunta de
la Universidad y la Diputación de Córdoba, España.
La geoingeniería como cuento de hadas del siglo XXI
La idea de rediseñar el planeta entero (geoingeniería) solía ser tema de la ciencia ficción, pero en los últimos años un pequeño grupo de entusiastas de la geoingeniería se ha empeñado en darle un aire de respetabilidad. El 1 de septiembre habrán logrado que la institución científica más antigua del mundo, la Sociedad Real del Reino Unido (Royal Society), legitime proyectos peligrosos de manipulación del planeta con una transparencia mínima y aún menos participación pública.
La propuesta del G-8 de una “Asociación mundial” podría ser desastrosa
Asunto: El objetivo más importante (y muy necesario) de la próxima reunión de Alto Nivel en Madrid es reorganizar la administración intergubernamental de la alimentación y la agricultura. Durante la última crisis alimentaria, en 1974, los países de la OCDE agredieron al sistema unificado de la ONU y lo desmantelaron en cuatro fracciones hostiles entre sí. En medio de la actual crisis, las cuatro agencias padecen de falta de fondos, pésima adminisitración y mantienen una absurda competencia entre sí. La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR), el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y el más solitario de la banda, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), están padeciendo severas revisiones externas o cambios programáticos de fondo. Para complicar el problema, la Fuerza de Tarea de Alto Nivel sobre crisis alimentaria que estableció el Secretario General Ban-Ki Moon, ve en la reunión de Madrid una oportunidad para colarse al secretariado de la Asociación Mundial para la Agricultura y la Alimentación, propuesto por el G-8. Esta asociación jerárquica debilitaría sustancialmente la influencia política del G-77 en los foros sobre alimentación al construir un organismo amorfo “compacto” dominado por los gobiernos más poderosos, los agronegocios, las mega fundaciones y las instituciones financieras que cuenten con las suficientes organizaciones de la sociedad civil para callar las protestas contra la presencia de Monsanto y Gates. También en Madrid, atendiendo a la invitación del gobierno español, Jeffrey Sachs impulsará su propuesta para crear un fondo vertical para atraer dinero nuevo de las corporaciones y las fundaciones.
Capítulo para el libro “Bienes comunes y ciudadanía”
Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos parte del tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo… Sin embargo, se puede convencer a un número suficiente de gente para monitorearnos a todos, todo el tiempo.
En el contexto de los nuevos asaltos a los bienes comunes, las tecnologías de punta (como la nanotecnología, la genómica, la biología sintética, robótica e informática) ocupan un papel importante, ya que proveen herramientas instrumentales
para nuevas formas de despojo. Separadas, esas tecnologías tienen particularidades y problemas propios, pero los aspectos más peligrosos están en su sinergia y convergencia y el aprovechamiento de éstas por parte de las élites. Tenemos que analizar esto con sumo cuidado, no sólo considerando los probables impactos al ambiente, a la salud y a las economías, (que ciertamente son significativos), sino estimando que estas nuevas y poderosas tecnologías, especialmente por ser desarrolladas en el contexto de sociedades injustas, habilitan nuevas formas de control, vigilancia y dominio, así como los intentos por eliminar la disidencia social.
Asunto: las mayores empresas mundiales de semillas y productos agroquímicos están acumulando centenares de patentes monopólicas sobre genes de plantas, que luego pretenden comercializar como cultivos modificados genéticamente para resistir presiones ambientales tales como sequía, calor, frío, inundaciones, suelos salinos y otras. BASF, Monsanto, Bayer, Syngenta, Dupont y socios de la industria de la biotecnología presentaron 532 solicitudes de patentes (un total de 55 familias de patentes) sobre genes llamados “resistentes al clima” en oficinas de patente de todo el mundo. Frente al caos climático y a una profundización de la crisis alimentaria mundial, los Gigantes Genéticos encabezan una ofensiva para “venderse” como los salvadores del clima. El énfasis puesto en los genes llamados “resistentes al clima” es una excelente oportunidad para promocionar los cultivos transgénicos como panacea para resolver el problema del cambio climático. Pero el “arreglo técnico” que suponen las semillas patentadas no aportará las estrategias de adaptación que necesitan los pequeños agricultores para lidiar con el cambio climático. Esas tecnologías de propiedad exclusiva no harán más que concentrar el poder corporativo, aumentarán los costos, inhibirán la investigación independiente y debilitarán aún más los derechos de los agricultores a conservar e intercambiar las semillas.
Puesto que los gobiernos no pueden gobernar, las principales instituciones involucradas en la alimentación y la agricultura se encuentran en graves problemas. A menos que gobiernos y agencias internacionales cooperen, estas instituciones quedarán dañadas irreparablemente y las multinacionales de los agronegocios y los capitalistas filantrópicos seguirán aprovechando el vacío de poder ocasionado por la OCDE.
Asunto: Con la inauguración de la Bóveda Global de Semillas en el Alto Ártico en Noruega el pasado 26 de febrero se cierra una campaña de 30 años por el establecimiento de un Banco Mundial de Genes, y se abre un debate muy necesario sobre el estado de los recursos genéticos del mundo y la necesidad de apoyar las estrategias de conservación en el campo.
Con el argumento de “trascender el petróleo” las súper petroleras, los gigantes genéticos, nuevas empresas y otros actores forman alianzas que extenderán el control corporativo sobre cada vez más recursos en todos los rincones del planeta, al tiempo que las causas del cambio climático se mantienen intactas. Sin reconocer que los agrocombustibles de primera generación no son ni económicos ni ecológicos, los inversionistas ofrecen otras biotecnologías para convencernos de los combustibles alternativos.
A pesar de que los gobiernos reafirmaron y fortalecieron la moratoria de Naciones Unidas sobre la tecnología Terminator en marzo de 2006, investigadores del sector público y privado están desarrollando una nueva generación de semillas suicidas usando “interruptores” inducidos químicamente para activar o desactivar la fertilidad de los cultivos transgénicos.