Noviembre 15, 2018

De las semillas suicidas a la tecnología de exterminio

A 20 años de las semillas Terminator la sociedad civil se moviliza en Egipto para detener los Impulsores genéticos

La historia se repite

  • Ya pasaron veinte años desde de que el Grupo ETC destapó una patente estadounidense que luego fue apodada “tecnología Terminator” — semillas genéticamente modificadas para impedir que los campesinos las sembraran nuevamente. La sociedad civil y los movimientos campesinos afirmaron que estas “semillas suicidas” ponían en riesgo prácticas de conservación de semillas tan antiguas como la agricultura misma.
  • La historia de Terminator fue icónica en la lucha global contra los OGM. Interesados únicamente en proteger sus ganancias, los desarrolladores de estas semillas omitieron evaluar los potenciales impactos sociales, económicos y ambientales de diseñar especies estériles. Luego de causar revuelo en la sociedad y en los organismos de Naciones Unidas, se estableció, en el año 2000, una moratoria mundial de Terminator en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD).
  • Ahora, una tecnología genética “hija de Terminator”, llamada “impulsor genético”, viene a cambiar las reglas del juego y a protagonizar el papel icónico de su antecesor. Terminator permitía a las compañías esterilizar sus semillas patentadas, pero los impulsores genéticos van todavía más lejos pues pueden propagar de manera invasiva la esterilidad y otros genes alterados al ambiente.

Del suicidio al exterminio

  • Los impulsores genéticos engañan las reglas de la herencia de organismos que se reproducen sexualmente; pueden forzar la transmisión y persistencia de un gen nuevo, aunque sea perjudicial, a poblaciones de organismos vegetales o animales. Esto le da la potencia para exterminar especies enteras.
  • Los organismos así modificados, denominados organismos impulsores genéticos, que ya han probado su funcionalidad en laboratorio, son en realidad  “impulsores de exterminio”, potencialmente más peligrosos que Terminator para los derechos humanos, la seguridad alimentaria y el ambiente.
  • Aunque se presentan como instrumentos para la salud y la conservación, el enorme financiamiento que reciben va principalmente desarrollar aplicaciones relacionadas con la agricultura y la alimentación. (Consultar el informe Forcing the Farm, pronto en castellano).

Momentos álgidos en Egipto

  • Campesinos, pueblos indígenas y la sociedad civil atienden en la 14ª Conferencia de las Partes del CBD en Sharm el Sheikh, Egipto. Están respaldados por 250 organizaciones e individuos de movimientos sociales que han llamado a una moratoria a la liberación de Organismos Impulsores Genéticos (OIG).
  • Una formulación jurídica que podría servir para detener la liberación de los OIG ha sido propuesta por países del Sur global y está siendo discutida por los delegados.

Caballo de Troya: Target Malaria

  • La industria de la biotecnología ha aprendido de la primera vez que intentó imponer Terminator. En Egipto, no hablarán del tema inmediatamente, sino que presentarán su caballo de Troya, llamado Target Malaria —un proyecto de 100 millones de dólares del Imperial College, de Londres, Reino Unido.
  • El equipo de Target Malaria pretende primero liberar mosquitos transgénicos y luego mosquitos con impulsores de exterminio de alto riesgo en el oeste de África, con la promesa de que esta tecnología pronto eliminará la enfermedad infecciosa más letal del mundo: la malaria.
  • Los promotores de los impulsores genéticos soslayan las técnicas que han probado erradicar la malaria en diversos países (más recientemente en Paraguay y Sri Lanka) y proponen, en cambio, los mosquitos equipados con impulsores genéticos del proyecto Target Malaria como “solución”. Se trata de una apuesta de alto riesgo para la ecología de los sistemas alimentarios y la biodiversidad en el planeta.
  • En Burkina Faso, miles han marchado en las calles para oponerse a las pruebas piloto de los mosquitos de Target Malaria. Movimientos africanos e internacionales se están movilizando para exponer y resistir una solución falsa que pretende hacer de África un laboratorio de tecnologías fallidas.

Hace veinte años la sociedad civil evitó que la agroindustria esterilizara las semillas campesinas. Ahora, en Egipto, los gobiernos del mundo deben actuar con la misma sabiduría, precaución y visión para garantizar los derechos de los campesinos, pueblos indígenas y comunidades locales, proteger nuestra biodiversidad y establecer una moratoria sobre los impulsores genéticos.

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