Junio 04, 2009

¿Avanza la FAO hacia un compromiso real con los campesinos?

TUNEZ — Después de cuatro días de difíciles negociaciones entre 121 gobiernos en la reunión del Tratado de la FAO sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura que tuvo lugar en Túnez, representantes de la sociedad civil derrotaron el intento de Canadá por bloquear las negociaciones que favorecen a los agricultores. A media noche del jueves, Brasil leyó ante una cansada plenaria una resolución sobre los derechos de los agricultores que cambió por alivio y entusiasmo la tensión prevaleciente entre los delegados.

Después de las negociaciones en los corredores, donde Europa, América Latina y África enfrontaron los esfuerzos de Canadá por descarrilar el mandato a ejercer los Derechos de los Agricultores, los gobiernos acordaron en

•    Impulsar a los países miembro a que revisen todas las medidas que afectan los derechos de los agricultores y remuevan cualquier barrera que evite que guarden, intercambien o vendan semillas;
•    Involucrarlos de lleno en talleres nacionales o regionales sobre sus derechos e informar sobre los resultados de ello en la próxima reunión del tratado de semillas, que ocurrirá en 18 meses.

La resolución de la plenaria rompió con las prácticas convencionales en la ONU al llamar al total involucramiento de las organizaciones de agricultores en cada aspecto del Tratado. Angola, Brasil, Ecuador, Holanda, Noruega y Suiza merecen reconocimiento especial por colocar en primer lugar el papel crucial de los campesinos en la conservación y mejoramiento de los recursos genéticos de las plantas. El campesino hondureño Don Luís Pacheco resumió la importancia del Tratado: “conservar nuestras variedades, nuestra diversidad, es esencial para que podamos ajustar la agricultura ante la amenaza del cambio climático. Si no nos ponemos de acuerdo en esta reunión para que el sistema que protege las semillas en el mundo funcione, la próxima reunión que se hará en Copenhague sobre cambio climático, al fin de este año, no servirá para nada.”

Como lo expresó Wilhemina Pelegrina, directora ejecutiva de SEARICE —organización de la sociedad civil que durante mucho tiempo se ha dedicado a la defensa de los derechos de los agricultores, y que ha seguido de cerca las negociaciones— “aunque se quedó corta en compromisos firmes y depende del financiamiento, la resolución adoptada es un gran paso hacia adelante en las décadas de lucha por el reconocimiento y la instrumentación de los derechos de los agricultores en la FAO.”

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