Enviado por ETC Staff el
A pesar de que nuevas plataformas industriales (que incluían, por ejemplo, a la petroquímica y a la generación de electricidad) ganaban terreno a finales del siglo XIX, el entonces recién creado Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) develó su sello oficial, el cual ilustraba un arado frente a un hato de plantas de maíz, dibujados en un escudo. Bajo el escudo, un pergamino desenrollado contiene el lema: La agricultura es la base de la manufactura y el comercio.
A medida que se desarrolló el siglo XX, las sustancias petroquímicas y sus tecnologías asociadas desplazaron a la agricultura como base de la economía, pero en el siglo XXI podríamos presenciar el retorno de la preeminencia de la agricultura. No obstante, la visión actual es la de una agricultura transformada y transformadora, en la que tanto los insumos (por ejemplo, las materias primas y su procesamiento) como los productos son prediseñados para usos industriales específicos. Los cultivos comerciales pueden ya no ser identificados de manera tradicional; en el futuro, serán productos patentados y diseñados a la medida por medio de ingeniería para cubrir las necesidades de los procesadores industriales de la biomasa, sea para alimentos, energía, materiales o fármacos.