Comiendo con el enemigo
Enviado por ETC Staff el
Al tiempo que los alimentos transgénicos fueron lanzados al mercado como "la solución al hambre en el mundo", la primera generación de transgénicos nos planteó la pregunta de si quienes hacían este anuncio pensaban que el mundo se podría alimentar de agrotóxicos. En efecto, pese a pomposas declaraciones tanto de la industria biotecnológica como de algunas academias de ciencias, más de 70 por ciento de los cultivos transgénicos sembrados hasta este año fueron modificados para ser resistentes a químicos de las propias compañías, aumentando el nivel de estos químicos tanto en el ambiente como en los residuos que permanecen en los alimentos. Más de 25 por ciento restante han sido "cultivos-insecticidas", manipulados usando hasta límites inimaginables algunas pocas cepas de una sola bacteria -el bacillus thuringiensis o Bt- lo cual, como era lógico, produjo en poco tiempo resistencia en los insectos que se suponía iba a combatir, creando necesidad de más químicos en lugar de lo contrario, como prometían las multinacionales que lo comercializan.