Porqué la “gestión de la radiación solar” es mala idea

La gestión de la radiación solar, o Solar Radiation Management, como se le conoce en inglés (SRM), describe un conjunto de técnicas de geoingeniería que buscan proponen contrarrestar el cambio climático debido a las actividades humanas, incrementando artificialmente el reflejo de la luz del sol (radiación solar) de vuelta al espacio. Algunos de sus promotores utilizan el término “geoingeniería solar”, pero cabe aclarar que no se refieren a la producción de energía solar.

SRM abarca técnicas diversas: usar “contaminación” reflejante para modificar la atmósfera, cubrir desiertos con plástico, también para reflejar, aumentar la blancura de las nubes (su albedo) o bloquear la luz del sol con “pantallas espaciales”. La propuesta más promovida es crear nubes de polvo que de forma artificial imitan las nubes de ceniza que dejan las erupciones volcánicas, crear “nubes volcánicas” artificiales, inyectando capas de partículas reflejantes como sulfatos, en la estratósfera, una capa alta de la atmósfera.

Lo que tienen en común todas esas tecnologías es que no se proponen influir en la concentración de gases de efecto invernadero, que es la causa física del cambio climático. Su único propósito es contrarrestar algunos de sus efectos, particularmente el incremento de la temperatura. En el momento actual, todas las técnicas de SRM que se han propuesto son mera teoría. No han sido probadas ni desplegadas.

Este resumen informativo presenta argumentos éticos, políticos y ambientales contra la gestión de la radiación solar.